merluza al azafrán

Son centros de merluza congelada, aunque después del miedo al anisakis, en todos los restaurantes debe ser así.

Pelamos y troceamos una patata, la ponemos en una fuente en el horno. Normalmente se salpimenta, pero marina no quería mezclar sabores y sólo añadió sal y aceite. El tiempo depende del grosor de los trozos.

Mientras se hace, ponemos unos ajos a láminas a dorar en una sartén. También el azafrán, al menos un par de hebras por ración de merluza. El azafrán que usamos es el que trajimos del zoco de Damasco, más barato si cabe que el de El Cairo: una bolsa como mi puño, 3 euros.

Unos diez minutos después, sacamos las patatas y disponemos la merluza encima. Sobre ella, el contenido de la sartén. Vuelta al horno y otros diez minutos.


En nuestro caso, acompañamos con una berenjena cortada a láminas, pasada por la plancha, y aliñada con aceite y vinagre. El vino es un Muga; que nos perdonen los puristas pero no nos gusta el blanco, preferimos un tinto joven para el pescado.


El azafrán no sólo da color, sino un sabor y un olor característicos. Por cierto que la merluza estaba excepcional.

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