solomillo wellington de marina

Además de tener un buen solomillo cortado en medallones, se necesita una hoja de hojaldre (se vende congelada en mercadona, en caja de dos), unas ciruelas pasas sin hueso, harina y un huevo.

Empezamos con un poco de harina directamente encima de la bancada de la cocina. La extendemos y ponemos encima la hojas de hojaldre. Con el rodillo la extendemos bien, en todas direcciones:

Después se corta en trozos de tamaño aproximado de una fotografía. Por ejemplo, una hoja de hojaldre admite aproximadamente entre 6 y 8 divisiones, que hacemos con un cuchillo. Hay que sacar una pieza por cada medallón de solomillo. Antes o después de cortar, pinchamos con un tenedor el hojaldre: así sube mejor.

En cada segmento ponemos un medallón de solomillo, y encima la ciruela (pueden ser dos, depende del tamaño).

Se suben los extremos de la hoja hasta que queden unidos, apuntalándolos con un palillo si es necesario. En la bandeja del horno extendemos la hoja de papel vegetal para hornear que trae el hojaldre. Encima vamos poniendo los cestitos rellenos de solomillo y ciruela, separados unos centímetros unos de otros porque tiene que crecer. Lo pintamos con huevo batido.

Ponemos el horno a 210º y cuando alcance esa temperatura metemos la bandeja con el solomillo durante 20'.

Por cierto, suele estar mejor frío.

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