l'amant du sud

Este local es por lo visto lugar de famoseo. No nos quedamos en la terraza, las estufas daban demasiado calor. Nos sentamos en el rincón de la sala, con lo que los dos pudimos acomodarnos en los sillones de la pared. Para empezar nos invitaron a ponche: ron, azúcar y zumo de pomelo.


 

Después, la jugada habitual. Pedí un primero y un segundo, y Marina un segundo y postre. De primero no acerté: pedí una ensalada, que aunque llevaba magret de pato y alcachofitas, no era nada del otro mundo. El vino, dos copas de Burdeos.




Aproximadamente en ese momento llegó un actor, ni idea de quién porque no lo conocíamos, y la gente que había por allí y los dueños salieron a saludarlo. Mientras, mucha gente de aperitivo y vinos en la barra.

De segundo, Marina pidió este tartar de salmón con lima, normalito:



El otro segundo plato fue el primer acierto pleno de la noche, costilla de cordero. Y conste que he comido cordero en Segovia o Ávila. Buenísimo.




Y el cénit llegó con el postre. (Casualidad, a mediodía en la cantina del trabajo había comido yo lo mismo. Obviamente diferente calidad y cantidad). Marina dice que cuando yo tenga que salir de misión ella se irá a cenar el postre allí, a repetir el crumble aux pommes:





Otro lugar marcado en el mapa de restaurantes para repetir.

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