Dorada al horno
Es tan fácil que comemos dorada o lubina o lo que encontremos en el mercado casi todas las semanas. Y como se tarda realmente poco en la cocina, pues mejor aún. Las doradas costaron 3 euros por pieza, obviamente por su tamaño son de piscifactoría, pero es que las extractivas suelen no caber en el horno :-) (además de ser mucho más caras).
Empezamos friendo ligeramente un par de patatas medianas cortadas a trozos. No tienen que estar terminadas y listas para comer, sino un poco hechas para meterlas después con el pescado. Preparamos el horno a 180º y la bandeja con el pescado, ya limpio por dentro. Decoramos con un tomate en las esquinas. Detalle: un ajo, frito previamente junto a las patatas, lo sacamos e introducimos en una de las doradas. Sólo para incondicionales, como un servidor. Cerramos la dorada, sacamos las patatas y las distribuimos para meter la bandeja al horno.
Mientras se hacen las doradas, hacemos una ensalada de espinaca fresca, con tiras pequeñas de bacon (en la misma sartén que las patatas), piñones y queso fresco. La vinagreta, de mostaza de Dijon con aceite de oliva de primera prensa de almazara. El toque adicional es un pisto que está hecho de días antes: una berenjena, un pimiento rojo, dos tomates, todo al horno durante algo menos de una hora, al salir se pela, se corta y se deja todo mezcladito.
En menos de quince minutos ha terminado de hacerse el pescado. Lo sacamos para servir y ya está. La piel sale sola, y sólo nos tenemos que preocupar de la espina central.
Si no hubiéramos frito las patatas previamente, estarían crudas por dentro. Para maridar, la experta propuso cerveza de trigo de München (Weissbier). Yo prefiero vino blanco, no demasiado afrutado ni de aguja ni nada de eso: un Torres Fransola, por ejemplo.
He encontrado una receta alternativa de dorada al horno; dos diferencias: poner dos rodajas de limón en sendos cortes en el lomo (buena idea), y cebolla en lugar de patata (para gustos). En la misma web hay al menos 3 recetas más de dorada, y me ha gustado y haremos la rellena de espárragos trigueros y zanahorias.
Empezamos friendo ligeramente un par de patatas medianas cortadas a trozos. No tienen que estar terminadas y listas para comer, sino un poco hechas para meterlas después con el pescado. Preparamos el horno a 180º y la bandeja con el pescado, ya limpio por dentro. Decoramos con un tomate en las esquinas. Detalle: un ajo, frito previamente junto a las patatas, lo sacamos e introducimos en una de las doradas. Sólo para incondicionales, como un servidor. Cerramos la dorada, sacamos las patatas y las distribuimos para meter la bandeja al horno.
Mientras se hacen las doradas, hacemos una ensalada de espinaca fresca, con tiras pequeñas de bacon (en la misma sartén que las patatas), piñones y queso fresco. La vinagreta, de mostaza de Dijon con aceite de oliva de primera prensa de almazara. El toque adicional es un pisto que está hecho de días antes: una berenjena, un pimiento rojo, dos tomates, todo al horno durante algo menos de una hora, al salir se pela, se corta y se deja todo mezcladito.
En menos de quince minutos ha terminado de hacerse el pescado. Lo sacamos para servir y ya está. La piel sale sola, y sólo nos tenemos que preocupar de la espina central.
Si no hubiéramos frito las patatas previamente, estarían crudas por dentro. Para maridar, la experta propuso cerveza de trigo de München (Weissbier). Yo prefiero vino blanco, no demasiado afrutado ni de aguja ni nada de eso: un Torres Fransola, por ejemplo.
He encontrado una receta alternativa de dorada al horno; dos diferencias: poner dos rodajas de limón en sendos cortes en el lomo (buena idea), y cebolla en lugar de patata (para gustos). En la misma web hay al menos 3 recetas más de dorada, y me ha gustado y haremos la rellena de espárragos trigueros y zanahorias.
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